domingo, 16 de diciembre de 2012

El SNTE y el nuevo PRI: la amenaza ¿elegante?


EL SNTE Y EL NUEVO PRI: LA AMENAZA ¿ELEGANTE?

Por Wenceslao Vargas Márquez
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Desde 1943, ninguna ceremonia gubernamental en temas de educación (y hasta de mera efeméride ocasional) se había efectuado sin la presencia de representantes del CEN del SNTE. Las más recientes fueron el lanzamiento del Compromiso Social por la Calidad de la Educación con Fox y la Alianza por la Calidad de la Educación con Calderón. Es la primera ocasión en que decisiones de política públicas en materia educativa se lanzan a la sociedad y a los medios sin la participación formal del SNTE (ni del partido creado a la sombra del CEN). Esto fue lo que ocurrió el lunes 10 de diciembre del año en curso.    

No importa que –a como se dice en algunos medios- la maestra EE Gordillo fue citada ante el presidente Peña durante la tarde del viernes 30 de noviembre. El silencio posterior de  Gordillo, presidenta del SNTE, sólo indica que ha sido colocada en una situación inmanejable en lo inmediato y para salir de ella deberá hacer acopio de insospechadas habilidades de equilibrio: por un lado la presión del gobierno vía la amenaza no tan elegante de Chuayffet (“El que repruebe la evaluación se va”) y por el otro sostener la estabilidad laboral de los agremiados. Para ganar tiempo –a lo que parece- se hizo pública una (anodina) declaración de apoyo a la reforma educativa de Peña, declaración que dejó fuera (que claramente dejó fuera) tres temas capitales para el SNTE en la reforma.

Lo temas que no aborda la declaración organizacional del martes once de diciembre, un día después de firmada la iniciativa, son: 1) Los ceses masivos contenidos en la amenaza no tan elegante de Chuayffet en el caso de no acreditarse la evaluación; 2) La aceptación a cancelar el derecho -hasta ahora legal- a proponer el 50% de candidatos a plazas vacantes, lo que ha sido el aceite de la enorme maquinaria que es el SNTE tal como es hasta ahora. De ninguno de estos dos temas habla el posicionamiento del CEN del SNTE el día once de diciembre en voz de Juan Díaz.

Suponemos que se trata de ganar tiempo aunque el pronunciamiento dejó la sensación de apoyo incondicional a la totalidad de la reforma por parte de la entidad llamada Consejo General Sindical (a cargo de Gordillo) y del CEN del SNTE (a cargo de Juan Díaz). Falta saber si el apoyo corre también por parte de los agremiados en general. Aceptar la reforma tal como la expone Chuayffet a los medios es aceptar el fin de la contratación colectiva y el fin del escalafón implicando la destrucción del propio SNTE tal como funcionó desde 1943.

Hasta el domingo 16 de diciembre, la única (tímida) voz que plantea alguna (modesta) negativa por parte del SNTE (al menos a la primera de las preguntas que planteamos) es la del coordinador de Asuntos Laborales del CEN del SNTE, García Mora, quien dijo ese domingo que se apoya a la reforma pero sin los ceses generalizados con los que de manera poco elegante amenaza Chuayffet y el gobierno emanado del nuevo PRI. ¿Por qué lo que dice García Mora el día 16 no lo dijo Juan Díaz el día once y ni siquiera lo dio a entender? Lo ignoramos. La reforma será discutida el martes 18 de diciembre en el pleno de la Cámara de Diputados. El mismo día (supongo que a la misma hora) se reunirá el Consejo Nacional del SNTE en su sesión 35. Reuniones paralelas para destinos que se bifurcan.

Por un lado una dirigencia nacional que perdió hace mucho tiempo la agenda sindical que debería ser su única guía de acción y por otro lado la presión del legislativo y del ejecutivo, con amenazas descompuestas (vía un desaforado Chuayffet) que harían palidecer de pena a aquél personaje de ficción que alguna vez denominamos Fantomas.

@WenceslaoXalapa