SNTE: SEDE
VACANTE
Wenceslao
Vargas Márquez
La
tarde del martes 26 de febrero quedará como nueva efeméride de un país que
avanzan a trompicones por el derrotero de la historia sin un rumbo claro por la
carencia de estadistas.
La cabeza del SNTE fue relevada luego de unas horas de que
la sede nacional quedara vacante a raíz de la aprehensión de su presidenta
nacional en un caso de lamentable justicia selectiva.
La
justicia selectiva sirve para afianzar gobiernos y darle al Estado un rumbo
definido y claro frente a la opinión pública. La costumbre no es nueva: en
1834, el eminente conservador Lucas Alamán, sufrió la persecución de un nuevo
gobierno de Santa Anna – Gómez Farías que quería diferenciarse del anterior e
imponer ‘justicia’.
En 1936, Cárdenas persiguió a Calles para afianzar su gobierno y alejarse del pasado inmediato del incómodo maximato.
En 1989, el gobierno federal encarceló al líder sindical petrolero Joaquín Hernández por razones similares a las que recurre el gobierno actual contra la profesora Gordillo: 1) probar quién manda dando un manotazo a la mesa y 2) diferenciarse de los gobiernos anteriores.
En 1936, Cárdenas persiguió a Calles para afianzar su gobierno y alejarse del pasado inmediato del incómodo maximato.
En 1989, el gobierno federal encarceló al líder sindical petrolero Joaquín Hernández por razones similares a las que recurre el gobierno actual contra la profesora Gordillo: 1) probar quién manda dando un manotazo a la mesa y 2) diferenciarse de los gobiernos anteriores.
La
aprehensión y consignación de Elba Esther Gordillo, ¿ex? lideresa del SNTE
muestra, una vez más, el ejercicio de la justicia selectiva para aplanar
liderazgos incómodos, independientemente de las múltiples irregularidades que
aquí hemos señalado desde hace años y que podríamos condensar en un punto
interno: la firme y clara voluntad de la maestra de negarse a informar de los
estados financieros del sindicato ni siquiera a los propios agremiados; y uno
externo: la falta de orientación de la dirigencia nacional en el nuevo marco
político.
Tan cierta e irrefutable es la falta de informes financieros que ella
misma anunció para antes de que acabara febrero de 2013 la creación de un
Observatorio que nunca se concretó.
El
hecho lo señalamos aquí con insistencia: dijimos en julio de 2007 que era un
error crear la presidencia vitalicia.
Apuntamos
que las votaciones del SNTE (2305 a cero en octubre al elegir en Congreso a Gordillo para
un sexenio y de 268 a cero para elegir en Consejo a Juan Díaz como relevo de ella)
constituían votaciones ‘soviéticas’ que coyunturalmente constituían una
fortaleza pero que son al mismo tiempo nuestra gran debilidad porque
imposibilitan empujar una democracia sindical acreditada.
Añadimos que desde
hacía mucho tiempo la agenda sindical estaba perdida (rezonificación,
problemática ISSSTE, bono sexenal, etc.) y que se notaba que no estaban las
antenas listas para percibir el nuevo entorno político nacional.
Este último es
lo políticamente más grave en lo externo: perder el olfato para percibir las
circunstancias adversas desde que el nuevo PRI (2012) ganó las elecciones
presidenciales y puso en el ejecutivo y legislativo federales a muy notorios
enemigos personales. El congreso nacional de octubre de 2012 fue el momento para
retirarse.
Lo
remarcable ahora es repetir lo que ya está escrito líneas arriba: la prisión de
la maestra Elba Esther Gordillo es la aplicación de una justicia selectiva que
elimina un liderazgo incómodo para el gobierno en el tema de la reforma
educativa. Entonces, con el estilo del nuevo PRI, que es el estilo de siempre, se
descubre el expediente en algún archivero y se procede.
Lo
reprobable es que como país seguimos patinando en los mismos estadios de
primitivismo político desde que el imperial Iturbide cayó en desgracia ante la
naciente república o el sindicalista Morones y su CROM dejaron de servir al
sistema, casos también de justicia selectiva.
Cuando menciono este primitivismo
me refiero a la selectividad judicial ya dicha y a ciudadanos que se ensañan con
la persona caída desde el penoso anonimato de las redes sociales virtuales (exempli gratia: Twitter) sin firma,
incapaces de incidir en la política como ciudadanos con nombre propio y rostro
visible. Es la celebración cobarde del rencor y no la crítica responsable de
ciudadanos que se halla muy lejos del zoon
politikon de Aristóteles.
Este es el
estado de cosas de un país carente de estadistas ni en los gobiernos actuales ni
en los partidos políticos. Ninguno hay ahora y no se nota a nadie creciendo en
el horizonte para hacer de nuestro país un país de instituciones que ya no
funciones por la consigna selectiva de siempre ni de ciudadanos anónimos que
celebren por rencor desde el anonimato.
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