EVALUACION EDUCATIVA
¿CUBANA O TROPICAL?
WENCESLAO Vargas
Márquez*
De
las muchas definiciones de evaluación educativa que han sido mencionadas en los
últimos dos o tres meses, las que han tenido mayor resonancia mediática son las
dadas por el gobernador oaxaqueño Cué (quien dijo que lo que se necesita es una
evaluación educativa tropical) y la del secretario de Educación Chuayffet (quien
plantea que la evaluación sea cubana, siguiendo la resolución ministerial 120
del año 2009 que fue echada a andar por el gobierno cubano para el magisterio
de la isla). Pero tropical o cubana ¿en qué contexto se evaluará el desempeño
de la educación mexicana y sus docentes?
Revisemos
las últimas cifras oficiales en materia de rezagos, rezagos de todo tipo,
rezagos de los cuales el Estado mexicano sale reprobado de antemano: la
situación socioeconómica de los alumnos que se deben evaluar que es la
población menor de 18 años. Lo refiere así la agencia Notimex en la primera
semana de este abril de 2013: “En 2010 la cantidad de individuos sin
mayoría de edad que se encontraba en situación de pobreza era 53.8 por
ciento, equivalente a 21.4 millones de personas; en cambio entre la población
en general sumaban 52 millones de afectados, es decir 46.2 por ciento”.
Dijo Notimex:
“Al presentar el documento Pobreza y
derecho social entre niños, niñas y adolescentes en México 2008-2010, la
representante de la Unicef en México, Isabel Crowley, dijo que el número de
personas de cero a 17 años pobres no se incrementó mucho entre 2008 y 2012, sin
embargo los niveles de pobreza en ese grupo fueron más altos en comparación con
el resto de la población”.
Por su
lado el secretario ejecutivo del gubernamental Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de
Desarrollo Social), Hernández
Licona, planteó que el estudio revela también que siete de cada 10 niños y
adolescentes indígenas vivían en pobreza extrema, por lo que es relevante
invertir en este segmento de la población así como atender las carencias
sociales en materias de salud, alimentación y educación. Estos son los alumnos
a los que se pretende evaluar con la misma vara que a los niños y jóvenes
urbanos de la clase media. Los estados más preocupantes son Chiapas, Oaxaca,
Guerrero y Veracruz.
El
Coneval se define a sí mismo como “un organismo con autonomía técnica y de
gestión que norma y coordina la evaluación de la Política Nacional de
Desarrollo Social y de las políticas, los programas y las acciones que ejecuten
las dependencias públicas. Asimismo, tiene la responsabilidad de definir,
identificar y medir la pobreza a nivel estatal y municipal garantizando la
transparencia, objetividad y rigor técnico en dichas actividades”.
Con el magro
perfil socioeconómico de estos alumnos es que se deben aprobar las evaluaciones
Enlace y Pisa. Dice un diario: “Personas de entre 0 y 17 años son los más afectados
por la pobreza en México. En 2010 había en el país 21.4 millones de niños en
situación de pobreza y 5.1 millones en pobreza extrema”. Pobreza y pobreza
extrema. Toda esta información es del 3 de abril del año en curso, del mismo
año en que el gobierno emanado del nuevo PRI pretende evaluar al magisterio sin
tomar en cuenta estos hechos objetivos e incuestionables que difunde el propio
gobierno y que hacen imposible una evaluación estandarizada.
Estos
datos gubernamentales tendrían que hacerse llegar a los responsables de
elaborar la reglamentación secundaria de la reforma educativa mexicana que,
tropical (como quiere Cue) o cubana
(como desea Chuayffet) sería una evaluación abusiva y estéril si en el marco de
la reglamentación secundaria no se cuenta con esta información que han dado
simultáneamente la mexicana Coneval y la internacional Unicef.
*SNTE Sección 32 Opción
Institucional