martes, 9 de julio de 2013

150 años: 10 de julio de 1863



150 años: 10 de julio de 1863
Wenceslao Vargas Márquez

Hace 150 años, un grupo de mexicanos apoyados por el gobierno francés resolvió imponer en México la monarquía para crear el Segundo Imperio Mexicano. El proceso formal y las discusiones se desarrollaron -en la ciudad de México ocupada por los franceses- durante los meses de junio y julio de 1863, hace justamente siglo y medio. El largo documento que da la versión estenográfica de las discusiones y del dictamen llega al párrafo siguiente:

“Resta ahora resolver la última cuestión subordinada a las precedentes, esto es cuál haya de ser el príncipe en quien convenga que se fije la nación para fundar en México la monarquía. Inútil parece a la Comisión explayar las razones políticas que existen para no dirigir la vista a ninguno de los príncipes de las dinastías de Francia, Inglaterra y España, porque son demasiado conocidas para todo el mundo, y muy principalmente para todos los miembros de esta numerosa Asamblea. Debatido este punto importantísimo muy ampliamente por toda la prensa de Europa, no ha podido serlo aquí, en donde la libertad de escribir, como todas las otras garantías que establecía la Constitución, era una fábula y una solemne mentira. Sin embargo, bien sea porque las discusiones de allende los mares hayan llegado a esclarecer lo bastante la materia, o bien que ciertas ideas ofrecen de tal suerte patentes caracteres de conveniencia, que desde luego reciben aceptación, sin necesidad de propagarse por otro medio que por el de las conversaciones habidas en los círculos privados, lo cierto es que el juicio público se ha anticipado, y que hay casi un general acuerdo en el candidato para el nuevo trono. En efecto, basta mezclarse en los grupos que se ocupan preferentemente en la cuestión política; es suficiente observar el giro que se da a las opiniones en las concurrencias públicas, para oír en los labios de todos el nombre de S.A.I. y R. El Archiduque Fernando Maximiliano de Austria”. 

Entre paréntesis digamos que no hemos hallado elementos para suponer que el emperador Maximiliano haya sido masón. Una discusión detallada del tema aparece en ‘La masonería en la presidencia de México’ del autor de estos párrafos.

Y enseguida llegamos al dictamen final de la Asamblea de Notables: “Resumiendo, pues, en breves palabras, todo lo que lleva expuesto, juzga la Comisión haber demostrado plena y satisfactoriamente:

“1° Que el sistema Republicano, ya bajo la forma federativa, ya bajo la que más centraliza el poder, ha sido el manantial fecundo en muchos años que lleva de ensayarse, de todos cuantos males aquejan a nuestra patria, y que ni el buen sentido, ni el criterio político, permiten esperar que puedan remediarse sin extirpar de raíz la única causa que los ha producido; 2° Que la institución monárquica es la sola adaptable para México, especialmente en las actuales circunstancias, porque combinándose en ella el orden con la libertad, y la fuerza con la justificación más estricta, se sobrepone casi siempre a la anarquía, y en frena la demagogia, esencialmente inmoral y desorganizadora; 3° Que para fundar el trono no es posible escoger un soberano entre los mismos hijos del país (el cual, por otra parte, no carece de hombres de un mérito eminente); porque las cualidades principales que constituyen a un rey, son de aquellas que no pueden improvisarse, y que no es dable que posea en su vida privada un simple particular, ni menos se fundan y establecen sin otros antecedentes por sólo el voto público; 4° Y último. Que entre los príncipes ilustres por su esclarecido y excelso linaje, no menos que por sus dotes personales, es el Archiduque Fernando Maximiliano de Austria en quien debe recaer el voto de la nación para que rija sus destinos, porque es uno de los vástagos de estirpe real más distinguido por sus virtudes, extensos conocimientos, elevada inteligencia y don especial de gobierno.

“La Comisión, en tal virtud, somete a la resolución definitiva de esta respetable Asamblea, las proposiciones que siguen: La Asamblea de Notables ha tenido a bien decretar: 1° La Nación Mexicana adopta por forma de gobierno la monarquía moderada hereditaria con un Príncipe Católico; 2° El Soberano tomará el título de Emperador de México; 3° La Corona Imperial de México se ofrece a S.A.I. y R. el Príncipe Fernando Maximiliano, Archiduque de Austria, para sí y sus descendientes; 4° En el caso de que por circunstancias imposibles de prever el Archiduque Fernando Maximiliano no llegase a tomar posesión del trono que se le ofrece, la Nación Mexicana se remite a la benevolencia de S.M. Napoleón III, Emperador de los franceses, para que la indique otro príncipe católico.- Dado en el Salón de Sesiones de la Asamblea, a 10 de julio de 1863”.

Esto es parte de nuestra historia. Es pertinente recordarlo hoy.

Twitter @WenceslaoXalapa