sábado, 3 de enero de 2015

2002: capicúa

2002: capicúa
Wenceslao Vargas Márquez
publicado en el Diario Política, de Xalapa, Ver., 
el 11 de enero de 2002.


Expertos en lo que algunos llaman las ciencias paralelas o las ciencias ocultas o las seudociencias (Mario Bunge) como la alquimia, la cábala, la astrología, dicen que el actual es un año capicúa. 

El más reciente año capicúa lo tuvimos en 1991 y el próximo lo tendremos en 2112. 

Un enlace de una página electrónica española explica lo siguiente: "El folclorista catalán Josep Maria Garrut i Romà sostiene que el vocablo nació en Barcelona a finales del siglo pasado. Así lo atestigua en elBoletín de la Asociación Tucumana de Folklore (1955): «Se refiere a los números cuyo comienzo y final son iguales. Generalmente a los de 5 cifras, porque su origen deriva de los billetes de tranvía... La creencia popular es que el cap-i-cua trae buena suerte para toda la jornada...". 

Boleto capicúa de venta en Mercado Libre - Argentina, 2017. 
Hay, desde luego billetes capicúa, boletos capicúa, timbres postales capicúa

Hace poco vi en una tienda departamental xalapeña un libro de Paulina López Portillo titulado El horror exhibido en el aparador con una encuadernación que yo no dudo en llamar encuadernación capicúa: abra el libro y se hallará las páginas en orden hasta la mitad, punto a partir del cual las hallará de cabeza hasta el final. Ahora cierre el libro y gírelo y se hallará con que la contraportada es la portada de otro libro. Son, pues, dos libros encontrados cabeza-y-cola en un solo volumen a como lo hacen ciertos manuales bilingües de aparatos electrodomésticos. 

Además hay años capicúas como reflejados en un espejo: 1961 o 1691 se leen con la hoja de pie o de cabeza. Los próximos años capicúas especulares serán los 6009 y el 9006. Hay un capicúa especular (y bellamente sicalíptico) que es el número 69.

Cuando es una palabra o frase la que se puede leer en ambos sentidos se dice que tenemos un palindroma. 


La palabrita significa ‘que corre en ambos sentidos’ o ‘que corre en un sentido y vuelve a correr en el contrario’. 

La raíz etimológica palin significa ‘de nuevo’ o ‘repetición’ y aparece también en palingenesia (nacer de nuevo) o palimpsesto (volver a borrar: un papiro que se usa de nuevo) o palinodia (volver a cantar; retractación pública).

Yo he sabido siempre que la palabra palindroma es grave y de género femenino porque termina en a pero el Pequeño Larousse Ilustrado (1990) habla del palíndromo (terminado en o) y dice que su género es masculino y el acento no deja dudas acerca de que la palabra es esdrújula.

El mismo diccionario dice de capicúa que es una voz femenina catalana y que se aplica a una palabra o cifra legible en ambos sentidos. Se aplica también al modo de ganar en el dominó en el que el tirador tiene una ficha aplicable a cualquier extremo del juego, es decir a la cabeza o a la cola.

Palindromas hay como Anita lava la tina, Dábale arroz a la zorra el abad, Soñad sólo los daños (de libre circulación entre diputados y senadores).

Uno en inglés para uso del imperialismo yanqui desde 1903 porque dice en siete palabras la historia entera, entera, de cierta hermana república centroamericana:
A man, a plan, a canal: Panama.

El escritor argentino Julio Cortázar ha usado un palindroma como 
Atar a la rata para escribir un cuento. Se preguntó ¿qué pasará si lo hacemos plural? Escribamos Atar a las ratas y de reversa la lectura ya no da un palindroma sino Satarsa, la ratapeludo y feo animal. 

Así, pudo escribir un excelente cuento titulado 
Satarsa adornado por un epígrafe que es uno de los mejores palindromas que yo haya leído en función de lo que sugieren las seis palabras que la componen. 

Nótese: Adán y Raza, Azar y Nada. ¿No es extraordinario? Entre paréntesis digamos que el título de su cuento Alina Reyes es anagrama de Soy la reyna ¿y?



Mi ejemplar de Abaddón, el exterminador.
Pero no sólo los palindromas tiene cultivadores de alto nivel. Ernesto Sábato propone en Abaddón, el Exterminador (1974, p. 223), la creación de la novela capicúa que se pueda leer de atrás para adelante y de adelante para atrás.

Un experimento cercano a este es la novela Rayuela del argentino Julio Cortázar donde los capítulos son intercambiables y no tanto el libro de Paulina. El editor de Sábato, Seix Barral, propone que capicúa es una palabra de dialecto italiano muy común en Buenos Aires y quiere decir capocoda, es decir, cabeza-cola. Catalana o italiana, la palabra significa lo mismo.

¿Cómo se pueden obtener números capicúa a partir de un número dado? Muy fácil: al número dado se le suma el que resulta de invertir el orden de sus cifras; se repite el proceso las veces necesarias hasta obtener un capicúa. 

Ejemplo: Partimos del número 96: 96 + 69 = 165; 165 + 561 = 726; 726 + 627 = 1353;1353 + 3531 = 4884. Reflexionemos sobre el tercer paso que nos ha arrojado el número 1353. Hay el capicúa 1221 antes de 4884 y después de 96 que fue de donde partimos.

¿Cómo garantizar que no pasemos por encima de un capicúa sin verlo? La conjetura capicúa dice que aplicando el proceso descrito anteriormente a un número natural (es decir entero y positivo) se obtiene un número capicúa en un número finito de pasos independientemente del hecho de atropellar capicúas en el camino.

Pero los capicúas no sólo sirven para perder el tiempo (o la paciencia). La versión electrónica del libro de Matemáticas de 5º grado de Primaria de la Secretaría de Educación Pública habla de los capicúas pero no explica su utilidad aún cuando propone algunos ejercicios.

Otros libros de matemáticas proponen problemas con distinto grado de dificultad para capicueros novatos o expertos. Algunos son los siguientes: ¿Cuál es el mínimo cuadrado perfecto capicúa? Creo que el 121 que es cuadrado perfecto de 11 ¿Cuántos cuadrados perfectos capicúas hay menores que 100? Entiendo que ninguno: 1, 4, 9, 16, 25, 36, 49, 64, 81. 

Otro problema: ¿Cuál es el menor número primo capicúa?. Hay cinco números primos capicúas entre 100 y 200 ¿Cuáles son? ¿Por qué no hay ningún número primo capicúa entre 400 y 700? Demuestra que todos los números capicúas entre 1000 y 2000 tienen un factor común. A mí ni me pregunten porque no tengo la más peregrina idea.

Otro problema más sencillo: Un ciclista sale a la carretera con el cuentakilómetros regresivo en esta cifra: 2002. Va a una velocidad constante y tres horas después se detiene en el próximo número capicúa. ¿A qué velocidad circula? Solución: halle el siguiente número capicúa y dividia entre el número de horas.

De un comentario radial en MVS: El capicúa triple ocurre cuando se escribe la hora, el día y el año y todos son capicúas: El 10 de enero del año 1001 a las 10:01 puede escribirse, 10:01 del 1001 del año 1001.Otro más es el 20 de febrero de 2002 a las 8 de la noche con dos minutos que puede escribirse 20:02 del 2002 del año 2002.         

No habrá ningún otro en nuestro sistema decimal y sexagesimal de nomenclatura de las horas aunque sí tendremos 30 de marzo de 3003 que se escribirá 30033003 pero ya no 40 (?) de abril de 4004.

También un capicúa es el 01 de enero del año 1010 representado 01011010, el 02 de febrero de 2020 representado 02022020 que se lee igual al revés, el siguiente será el 03 de marzo de 3030, luego  el 04044040, etc.

Otros idiomas tienen también palindromas (y personas ociosas): Hay uno muy curioso y paradójico en inglés: Aibohphobia (fear of palindromes, fobia a los palindromas).

Otro dedicado a Natasha: Ah, Satan sees Natasha. Otro en sueco: Ni talar bra latin ("hablas bien latín").

En el propio latín hay otro cuyas letras colocadas en una cuadrícula de cinco por cinco permite que se lea en todas direcciones: Sator Arepo tenet opera rotas. (Arepo the farmer holds the works in motion).

Este cuadrado mágico recuerda los cuadrados mágicos que los aritméticos y los masones estudian (Cfr. El Libro Negro de la Francmasonería, Raynaud, Diana). 



Una anfisbena. Wikipedia.
Se hace tarde. Regresemos al capicúa del dominó. El conjunto de fichas dispuesto sobra la mesa puede ser equiparable a una serpiente. La ficha por jugar puede ser colocada en cualquier extremo, es decir en la cabeza o en la cola de la serpiente.

Pues bien: hay serpientes de dos cabezas. Espero que no le venga a la memoria el rostro de algún diputado o el de un senador. No. Hablo de la anfisbena que es un ser monstruoso y quimérico.

Su biografía (propongo zoografía) puede hallarse en el Manual de Zoología Fantástica (FCE) que escribió otro argentino: Borges. Allí dice Borges que anfisbena significa en griego ‘que va en dos direcciones’, que este animal fue comentado por Plinio y que en el siglo XVII Sir Thomas Browne afirmó la imposibilidad de su existencia.

Las serpientes (como la anfisbena) nos traen de inmediato a la memoria la muerte de Cleopatra y el juego de mesa llamado Serpientes y Escaleras.



En este juego, para ascender rumbo a un casillero se usa una escalera (equiparable a éxito o derecha o luz o premio o masculino).

Para descender se usa una serpiente (homologable a derrota o izquierda u oscuridad o castigo o femenino, como en el capítulo 3 del Génesis).

Amanece. Tiro el par de dados, como con cansancio, sobre el pálido tapete verde. Se me ha hecho tarde averiguando useless facts en vez de buscar urgentes soluciones para la república.

No bien se han detenido los dados cuento los puntos y entiendo que tengo que recoger el tablero (que es mío) e irme con mis capicúas y palindromas (es decir, con mi música) a otra parte.

La razón es una y simple. Los dados me llevaron a una casilla horrorosa: me tocó serpiente.

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