ESPAÑA: ESCUELA NUEVA
Wenceslao Vargas
Márquez
Año nuevo, secundaria
y prepa nuevas. España nace al año 2015 con la secundaria y el bachillerato ‘renovados’
después de un año de haberse creado la Ley Orgánica para la Mejora de la
Calidad de la Educación, LOMCE, en
diciembre de 2013. Ha ido despacio la implementación.
Un año después,
en el reciente diciembre de 2014, ha salido a la luz el Boletín Oficial del
Estado con la reglamentación del funcionamiento del nuevo bachillerato y de la
nueva secundaria. Importa ver las razones del cambio, que son las de corte
internacional y que aplastan las determinaciones locales de los Estados. Leamos
el origen y la justificación del lamentable enfoque educativo ‘por
competencias’ en los párrafos 8 y siguientes del Texto. ¿Qué se puede añadir?:
“En línea con la
Recomendación 2006/962/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 18 de
diciembre de 2006, sobre las competencias clave para el aprendizaje permanente,
este real decreto se basa en la potenciación del aprendizaje por competencias,
integradas en los elementos curriculares para propiciar una renovación en la
práctica docente y en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Se proponen nuevos
enfoques en el aprendizaje y evaluación, que han de suponer un importante
cambio en las tareas que han de resolver los alumnos y planteamientos
metodológicos innovadores. La competencia supone una combinación de habilidades
prácticas, conocimientos, motivación, valores éticos, actitudes, emociones, y
otros componentes sociales y de comportamiento que se movilizan conjuntamente
para lograr una acción eficaz. Se contemplan, pues, como conocimiento en la
práctica, un conocimiento adquirido a través de la participación activa en
prácticas sociales que, como tales, se pueden desarrollar tanto en el contexto
educativo formal, a través del currículo, como en los contextos educativos no
formales e informales.
(…) “Se adopta
la denominación de las competencias clave definidas por la Unión Europea. Se
considera que «las competencias clave son aquellas que todas las personas
precisan para su realización y desarrollo personal, así como para la ciudadanía
activa, la inclusión social y el empleo». Se identifican siete competencias
clave esenciales para el bienestar de las sociedades europeas, el crecimiento
económico y la innovación, y se describen los conocimientos, las capacidades y
las actitudes esenciales vinculadas a cada una de ellas”.
Igual ocurre en
México. Las competencias clave allá, son las competencias básicas aquí. Las
multicitadas y lamentables ‘competencias’ parece que llegaron para quedarse.
Mutatis mutandis, los párrafos del decreto español son los párrafos de los
decretos mexicanos que han dado al traste con la educación desde la reforma
educativa 2013 y desde antes, desde los sexenios federales panistas que
metieron las mercantiles y empresariales ‘competencias’ en la educación
mexicana. En México el PAN, en España el Partido Popular (PP), de la misma
línea ideológica.
El artículo 2
del real decreto define puntualmente lo que es una Competencia. Es un conjunto
de “capacidades para aplicar de forma integrada los contenidos propios de cada
enseñanza y etapa educativa, con el fin de lograr la realización adecuada de
actividades y la resolución eficaz de problemas complejos”. Como el discurso
transnacional es el mismo, el art. 7 dicta, igual que en México, la Autonomía
de los Centros Docentes. En el 8 se toca el tema de los datos personales, como
en México.
¿Qué persigue ahora
la educación secundaria española? “Lograr que los alumnos y alumnas adquieran
los elementos básicos de la cultura, especialmente en sus aspectos humanístico,
artístico, científico y tecnológico; desarrollar y consolidar en ellos hábitos
de estudio y de trabajo; prepararles para su incorporación a estudios posteriores
y para su inserción laboral y formarles para el ejercicio de sus derechos y
obligaciones en la vida como ciudadanos”. La calificación corre del 1 al 10 y
con 5 es suficiente para superar el curso dice el art.21 y lo repite el 23. ¿Qué
objetivo tiene el bachillerato español? Lo dice el art. 24: “Tiene como
finalidad proporcionar al alumnado formación, madurez intelectual y humana,
conocimientos y habilidades que les permitan desarrollar funciones sociales e
incorporarse a la vida activa con responsabilidad y competencia. Asimismo,
capacitará al alumnado para acceder a la educación superior”. Y la ‘competencia’
otra vez.
Los resultados
de la evaluación se expresarán en la Secundaria mediante una calificación
numérica, sin emplear decimales, en una escala de 1 a 10, que irá acompañada de
los siguientes términos: Insuficiente (IN), Suficiente (SU), Bien (BI),
Notable (NT), Sobresaliente (SB), aplicándose las siguientes correspondencias:
Insuficiente: 1, 2, 3 o 4; Suficiente: 5; Bien: 6; Notable: 7 u 8;
Sobresaliente: 9 o 10. En Bachillerato, los resultados se expresarán mediante
calificaciones numéricas de cero a diez sin decimales, y se considerarán
negativas las calificaciones inferiores a cinco. Cuando el alumnado no se
presente a las pruebas extraordinarias se consignará No Presentado (NP).
Con tradición
histórica distinta a la del México laico, la española LOMCE dispone de la
enseñanza de la Religión (no obligatoria) y se reglamenta su enseñanza con
tratados firmados con la iglesia católica y otras confesiones. En España se publicó
la transformación de la educación española este 3 de enero de 2015 con un
discurso idéntico al de las transformaciones mexicanas pues ese discurso es
transnacional. En España, firmó el decreto el rey. ¿Y en México?
También el rey.
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@WenceslaoXalapa