domingo, 11 de enero de 2015

LA EVALUACIÓN EDUCATIVA: ¿QUIÉN MIENTE? * Wenceslao Vargas Márquez



LA EVALUACIÓN EDUCATIVA: ¿QUIÉN MIENTE?
Wenceslao Vargas Márquez
En esta segunda semana de enero de 2015 ha salido a la luz el resultado de una nueva evaluación a los docentes mexicanos que desean acceder a una plaza en el servicio público. Casi el 60% no acreditó la prueba. Dice un diario:

La Secretaría de Educación Pública reveló que 59.7 por ciento de los aspirantes a docentes en 18 entidades no son ‘aptos’ para dar clases en las escuelas públicas. Se trata de los resultados del Concurso de oposición para maestro de educación básica, realizado del 13 al 18 de diciembre del 2014, en el cual se ofertaron 4 mil 365 plazas, así como mil 702 horas-semana-mes, otra modalidad de contratación. De acuerdo con datos de la Coordinación Nacional del Servicio Profesional Docente, de los 16 mil 283 aspirantes que presentaron los exámenes de ingreso, solo 9 mil 719 obtendrán una plaza debido a que lograron el nivel de ‘maestro idóneo’ en las pruebas”.

Revisemos ahora una contradicción que no salta a la vista al primer intento de análisis, una contradicción que deberían atender tanto Emilio Chuayffet como Flavino Ríos en Veracruz. Veamos:
 
El ex alumno normalista (del que se dice que es ‘no idóneo’) asistió a clases, tomó notas, hizo tareas (les llaman ahora ‘productos’), asistió a conferencias, entregó proyectos, cumplió con las asistencias, cumplió con el servicio social, cumplió con las prácticas profesionales y con su examen profesional. Cumplió el alumno con todo lo que se le pidió, y cumplió con creces. 

Luego, cumplidos los requisitos del caso y en cumplimiento del art. 5 constitucional, segundo párrafo, el Estado mexicano, repito el Estado mexicano, no cualquier hijo de vecino, no yo, no el vilipendiado SNTE, lo digo de nuevo, ¡el Estado Mexicano!, (a través de la SEP y de las secretarías de educación estatales) le extendió un título, validado, certificado y sellado por la autoridad correspondiente que valoró, midió, determinó, que el normalista N está capacitada para dar clases.

Ocurrido así, ¿por qué entonces el INEE contradice con sus evaluaciones lo que firman, sellan y validan la SEP y las secretarías de educación de los estados? ¿Quién miente? 

El artículo 5° constitucional dice lo siguiente en su segundo párrafo (lo copio de un micrositio de la UNAM): “La Ley determinará en cada Estado, cuáles son las profesiones que necesitan título para su ejercicio, las condiciones que deban llenarse para obtenerlo y las autoridades que han de expedirlo”.

¿Cómo puede salir después el inefable INEE con que siempre no, cuando el alumno-docente ha cumplido todas las condiciones y requisitos que deben llenarse para obtener el título que es motivo de su orgullo personal y familiar como profesional del magisterio? 

Así las cosas, el menos culpable es el egresado de la Normal quien cumplió con todas las actividades que se les pidieron para ser normalista, quien cumplió con todo lo que el Estado mexicano le exigió. No es su culpa si, con otros parámetros, él llega a resultar ‘no idóneo’ ya sea porque se usan otros parámetros o porque la reforma educativa se hizo al vapor para satisfacer los tiempos del difunto Pacto por México o por cualquier otra consideración.
 
Permítanme caricaturizar para simplificar y argumentar: El alumno se gradúa en la Normal con honores, luego cruza la avenida para buscar empleo en los malhadados concursos de oposición que la reforma educativa implementó y le dan un portazo en la nariz los nuevos responsables de la política educativa nacional. ¿Quién es el responsable del supuesto o real fracaso? Claramente el alumno-docente no. El normalista cumplió su parte. 

Ante la declaración de No Idóneo del alumno los que deberían corregir son quienes han diseñado una Educación Normal que no funciona (en el caso de que sea cierto que no funcione porque las evaluaciones del INEE, mal diseñadas y peor implementadas, no permiten saberlo) pero no ensañarse desde los medios de comunicación contra los docentes supuestamente reprobados y que son los menos culpables. El normalista rechazado por el INEE tiene derecho a preguntar:

-¿Es broma o qué? Allá en la SEP-SEV me aprueban; en el INEE me rechazan. ¿Quién miente?

Mienten los que han hecho daño a la Educación Normal. Son los mismos políticos que han fracasado en todos los demás frentes de todos los partidos y en todos los niveles: Los que han fracasado contra la inflación, la miseria (ya hubo quien nos llamó a administrar la abundancia), la muerte, ¡el abigeato!, el 'bullying', la comida chatarra, el narcotráfico, los robos tipo Ficrea (ya hubo quien nos invitó a la Renovación Moral de la Sociedad), los que han fracasado en defender al peso frente al dólar (ya hubo quien lo defendió como un perro), y que han fracasado en sostener el precio del petróleo y han fracasado frente a la obesidad infantil, el secuestro, el salario mínimo suficiente, la desnutrición, el analfabetismo, y que han fracasado también contra el hambre que devasta enorme zonas del país. Los políticos que no han podido implementar ni siquiera una lista nacional de automóviles (el RENAVE) ni de líneas telefónica (el RENAUT). Han fracasado en todo.

¿Qué han hecho bien los políticos como para que se atrevan a diseñar evaluaciones docentes para efecto de ceses masivos denostando al magisterio por la vía de estas evaluaciones de estricta ruina?

Claramente las asociaciones civiles y las uniones de padres que son, muchas de ellos, apenas membretes que medran con este desastre (en el caso que sea desastre), deben aceptar que el problema está en otro lado y no en el alumno-docente normalista a quien la SEP y las secretarías de Educación le dicen que está capacitado para ejercer su profesión pero al cruzar la calle el INEE le dice que eso no es cierto. 

EL normalista es víctima de tanta simulación y tanta infamia porque en esa evaluación contradictoria alguien miente. 

Miente la SEP-SEV o miente el INEE. El normalista no.

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Twitter @WenceslaoXalapa