domingo, 22 de marzo de 2015

SEP-SNTE: SALARIOS INJUSTOS * Wenceslao Vargas Márquez



SEP-SNTE: SALARIOS INJUSTOS
Wenceslao Vargas Márquez
Durante la tercera semana de marzo de 2015 quedó concretada la última etapa de un acuerdo de trascendencia para los asalariados privados del país que reglamentan su relación laboral con el apartado A del art. 123 constitucional.
De sostener tres distintos salarios nacionales en las zonas geográficas A, B y C, han logrado eliminar dos para quedar todos en una sola, la A, que es la que paga más. Este último paso se logrará a lo largo del año 2015.

Un primer paso para cerrar la brecha se dará para avanzar la mitad del camino entre los $66.45 y $70.10 (i. e. la mitad de $3.65). La otra mitad de $3.65 se dará en octubre del mismo 2015. El avance para el salario menor será de 5.49% que es superior a la inflación oficial y que se logrará en pocos meses. 
Dice el comunicado de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos  del reciente 19 de marzo: “Coincidimos en sumar voluntades con el propósito de avanzar en la gradual reducción de las diferencias entre las áreas geográficas del salario mínimo, hasta alcanzar uno solo para todo el país, y con ello recuperar el poder adquisitivo de los trabajadores especialmente de quienes menos ganan”.
Hay voceros del sindicalismo oficial y no oficial que hablan de montos mínimos diarios de cien pesos. La CTM de Quintana Roo pide cuadruplicar la zona A y que el salario mínimo general sea de $280.40
Las resistencias no se hacen esperar a pesar de los convenios. Un vocero de la Coparmex en Yucatán dijo hace unas pocas horas:
Hablaría de la imperante necesidad de levantar el mercado interno, de mantener el orden y buen manejo hasta ahora demostrado en las finanzas públicas del estado, de nuestra exigencia de conducirse con austeridad en todos los niveles de gobierno por el difícil panorama presupuestal que se avecina, así como de la impostergable tarea de incrementar el poder adquisitivo de los yucatecos en función de la productividad y no a través de salarios mínimos establecidos por decreto”.
Sean como sean las aspiraciones de unos y otros el convenio ya está y a partir de octubre de 2015 los asalariados del apartado A del art. 123 constitucional habrán logrado lo que el SNTE no ha podido en más de 30 años: unificar los equivalentes salariales de las zonas I, II y III en una sola zona que deberá ser la zona III.
La pregunta que sigue debe ser: ¿Por qué los empleados de la SEP de Chuayffet no podemos avanzar hacia la recuperación del poder adquisitivo de nuestro salario?  
A mediados de los años 90 Elba Esther Gordillo, recién llegada (1989) a la dirigencia nacional del SNTE, logró la asimilación del tabulador I al tabulador II. La asimilación del tabulador II al III ha seguido en espera por más de 20 años a pesar de que hoy el SNTE vive en un “sindicalismo de servicios” desde la aprehensión de Gordillo en febrero de 2013.
En esta materia el “sindicalismo de servicios” no existe.
Paralelamente, algo que quedó inconcluso fue el de que el piso del salario docente para plaza inicial fuese de 6 salarios mínimos generales, tema que ya desde hace tiempo quedó fuera del vocabulario del nuevo SNTE.  
Los empleados docentes y no docentes que trabajamos para la SEP de Emilio Chuayffet (CBTis, CBTa, CETMar) tenemos, sufrimos, un diferencia salarial no del 5.49% sino una mucho más amplia que promedia el 20% entre un tabulador y el otro, y no ha habido poder humano ni político que cierre la brecha salarial que agobia nuestro bolsillo.
Pronto llegará la uniforme aplanadora del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) a evaluar docentes y todo apunta a que no tomará en cuenta ni siquiera la más elemental de las diferencias: las diferencias salariales que aquí hemos apuntado con insistencia.
El INEE tampoco tomará en cuenta el deteriorado parámetro internacional de bienestar personal que es el Índice de Desarrollo Humano (IDH) del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que está aceptado por el gobierno mexicano a través de la Secretaría de Desarrollo Social para otros efectos, no para matizar la inequidad en la evaluación docente.
La evaluación docente 2015 consumada así, pareja, sin matices, sin tomar en cuenta las diferencias salariales o el índice de desarrollo será absolutamente injusta pero ya es injusta desde que viola preceptos legales de que a un trabajo igual corresponde un salario igual.
Urge que los más altos representantes educativos, hacendarios, legislativos y sindicales del país tomen en cuenta lo justo del reclamo.
Es imperativo igualar a la alza los salarios docentes para proceder entonces a la evaluación.
Twitter @WenceslaoXalapa