domingo, 28 de junio de 2015

Evaluación docente punitiva

Evaluación docente punitiva
Wenceslao Vargas Márquez

Dicen los voceros del régimen (la frase parece enderezada contra Porfirio Díaz y Limantour) que confiemos en el gobierno y que la evaluación docente no es dolorosa, que está muy bien instrumentada y que sólo los holgazanes y timoratos no se desean evaluar. Primero ofenden, aparte mienten. Anotemos, muy al margen, un caso reciente.

Dicen dos vocales del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación INEE (los voceros Backhoff Escudero y Guevara Niebla en su reciente texto “La Reforma Educativa y la evaluación docente: retos para su implementación”) que las resistencias contra la evaluación docente están focalizadas en Oaxaca y un tantito (¿qué tanto es tantito?) en Guerrero, Guerrero, Chiapas y DF. Fallan con su diagnóstico. No dicen la verdad. La afirmación es falsa pues la inconformidad es general, por toda la geografía nacional, porque la evaluación docente en marcha es un proceso desaseado.

Backhoff y Guevara equiparan a los (pocos) docentes inconformes con la delincuencia plena: “Zonas de la nación que escapan a la soberanía estatal y que desprecian el estado de derecho; lugares donde se mezclan, indiferenciados, grupos políticos radicales, guerrillas, bandas armadas de delincuentes y poderosas organizaciones del narcotráfico; pueblos que viven en un estado de insurrección crónica, sitios donde le agitación contra la autoridad se ha convertido, pasmosamente, en un jugoso negocio. Este escenario aterrador debe convocar a todas las fuerzas de la república a emprender una acción seria, vigorosa y sin rodeos, que permita restituir la civilización que ha colapsado en esas regiones”. De este calibre es la profundidad analítica de los consejeros del INEE. ¿El colmo anecdótico del texto? Apellidan en su texto CHAMOR a Emilio Chuayffet.

Pero pongamos sobre la mesa dos hechos para justificar la crítica que hacemos desde aquí al proceso evaluador docente: A) La cuestión del desorden de los calendarios y B) la argumentación para sostener que la evaluación es punitiva:

A) En nuestro escrito “Evaluación docente: cortisona y calendarios” escribíamos hace unos días la lista de los sucesivos calendarios que ha publicado el INEE para la evaluación docente. Van media docena. Abrevio los párrafos de entonces: El 10 de diciembre de 2013 se publicó el primero, de 17 cuartillas, que incluía ya, en el apartado IV, las evaluaciones de promociones a Dirección y Supervisión para los años 2015-2016. El 28 agosto de 2014 se publicó en 29 cuartillas un nuevo calendario de evaluaciones. El 17 de febrero de 2015, comenzó a circular un calendario consistente en una sola hoja conteniendo un cuadro de doble entrada con fechas de febrero a noviembre del mismo 2015 y 18 acciones a ejecutar. Tenía el título Calendario de Evaluaciones 2015. El 26 de febrero de 21015 se publicó un nuevo calendario de evaluaciones en 43 cuartillas. En el reciente 21 de mayo se publicó otro con el mismo título que el del 26 de febrero: “Evaluaciones del Servicio Profesional Docente, Calendario 2015, Actualizado al 21 de mayo de 2015”.

No ha servido ninguno de ellos. Increíblemente el calendario del 21 de mayo (que “suspendió indefinidamente” Chuayffet el 29 de mayo y reactivó el lunes 8 de junio) fue también tirado a la basura mediante un nuevo calendario corregido (‘actualizado’ es el eufemismo) el lunes 22 de junio. En el año 2015 van publicados tres calendarios fechados el 26 de febrero, 21 de mayo y 22 de junio. ¿Cuándo parará en la basura el de junio? En cualquier momento.

B) La evaluación es punitiva. Punitiva significa ‘que castiga’. En la historia de México el adjetivo se quedó anclado para siempre en la expedición que el gobierno de los Estados Unidos enderezó contra Francisco Villa en 1916 después de que Villa atacó Columbus. Para castigarlo envió a Pershing al frente de la “expedición punitiva” que a la postre fracasó en su intento. Villa quedó ‘impune’ (sin castigo). Murió asesinado en 1923. Punitivo (a) deriva del verbo ‘punir’ que significa “castigar a un culpado”, según el diccionario de la Real Academia. ¿Por qué la evaluación docente es punitiva? Porque castiga se evalúe o no el docente: castiga si se evalúa; castiga si no se evalúa. Expliquemos.



¿Si se evalúa el docente? Según el artículo 53 de la Ley del Servicio Profesional (y su correlativo octavo transitorio) procede el cese a la tercera evaluación fallida al personal de nuevo ingreso. Al que ya está en servicio el castigo “sólo” consiste en expulsarlo del grupo. Dos castigos. ¿Si no se evalúa el docente? Si no se evalúa el docente dicen el octavo y noveno transitorios que queda automáticamente cesado sin responsabilidad para la autoridad. Hasta aquí lo dos hechos.

Asistimos los docentes indefensos hacia una evaluación sin calendario estable, sin capacitación, sin información, a luchar contra la computadora y su reloj regresivo para resolver si soy un buen docente o no. Nos empujan hacia esa evaluación los políticos de todos los partidos que se declaran a sí mismos gente honrada cuando tienen al país hundido en el más profundo descrédito por tanta inmoralidad y tanto latrocinio impune. Han hecho de la depredación un modo de vida e increíblemente se atreven a evaluar a otros.

Han hecho de México lo que Pellicer describió cuando alababa a Morelos en un poema que releo: un almacén logrado por avaricia y robo.
Twitter @WenceslaoXalapa