EVALUACIÓN: EL DOCENTE BAJO EL ESCÁNER
Wenceslao Vargas Márquez
El secretario federal del ramo educativo se puso climatológico y amenazó
con que llueva o truene habrá evaluación docente y, envuelto en la bandera
tricolor, añadió después que no hacer la evaluación docente implica ofender al
presidente.
Sonó como a discurso de Díaz Ordaz o de Echeverría.
Este discurso del secretario Chuayffet salió a la luz después de una
suspensión de diez días (de 29 de mayo al 7 de junio) del calendario de las
evaluaciones docentes. Una vez pasadas las elecciones federales intermedias, cuando
las evaluaciones fueron reactivadas, el 8 de junio, el conductor de la sesión
mediática donde el secretario Chuayffet reactivaría las evaluaciones advirtió a
los presentes: No se aceptan preguntas, aunque al final hubo “tres preguntitas”.
Esencialmente dijo el secretario el 8 de junio lo siguiente:
“El
viernes 29 de mayo, diversas autoridades locales se encontraban todavía
realizando los trabajos para poder contar con los domicilios, con las
computadoras y con la conectividad requerida, por lo que a esa fecha no habían
reportado dicha información como se desprende de la Fe de Hechos, aplicada por
el Notario Público 190 del Distrito Federal que remitiré, adjunta a este
documento, al Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación. Por lo anterior, considerando los elementos descritos anteriormente, la
Coordinación Nacional de Servicio Profesional Docente emitió el boletín 129, el
mismo 29 de mayo, por el cual se informó que quedaban suspendidas
indefinidamente las fechas publicadas para la realización de los procesos de
Evaluación para el Ingreso, la Promoción y la Permanencia en Educación Básica y
Media Superior.
Es conveniente precisar que suspender no significa
otra cosa más que detener o diferir por algún tiempo una acción u obra, esto lo
dice el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española; y de ninguna
manera quiere decir, como se escribió, cancelar, dar por terminado, el proceso
de evaluación de los maestros”.
Más adelante en el
mismo discurso del 8 de junio el secretario hizo un resumen: “En suma, el
boletín obedeció a dos razones: una de carácter técnico por no contar con los
lugares para practicar el proceso de evaluación y por no contar todavía
totalmente con las computadoras y la conectividad necesaria. Y otra, de carácter político, que nos exigía mantener una extrema
prudencia para no vulnerar el desarrollo de un proceso electoral trascendente
para el país”.
El anuncio de la “suspensión indefinida” fue tomado muy en serio por el
propio Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación INEE, por el poder
legislativo federal y por asociaciones como Mexicanos Primero que incluso promovió
un amparo. Días después el Juez Sexto de
Distrito en Materia Administrativa del Distrito Federal ordenó que se respetara
el calendario de evaluaciones docentes quien falló en favor de la organización
en las primeras horas del mismo lunes 8 ordenando reactivar las evaluaciones.
El juez citó a las partes al 12 de junio para la celebración de la audiencia
incidental y para el 26 de junio para la celebración de la audiencia
constitucional dentro de este juicio que apenas inicia. Ignoro lo que ocurrió
después.
De todo esto se deriva la petición de comparecencia del secretario para
el martes 23 de junio. Comparecer o no da igual en nuestro régimen; la
comparecencia es inocua. En la práctica nada significa estando todos los
partidos en connivencia con su propio estado de confort. Los críticos con frecuencia
les llaman compadrecencias donde el
compareciente sale en hombros después de docena y media de selfies con quienes lo convocaron.
Por cierto que si alguien quiere saber quién evaluará a las autoridades
si no cumplen, el INEE -en cierto catecismo de preguntas y respuestas-, dice
que el severo vigilante de ellas es la Función Pública, o sea Virgilio Andrade,
quién anda buscando por Iztapalapa la ubicación de la desastrosa casa blanca
del presidente, cuando le dijeron que buscara por el rumbo de Chapultepec.
Las evaluaciones y la reforma educativa nacieron porque se señalaba que
las plazas docentes se heredaban. Se quiere olvidar con frecuencia que lo que
la ley dice y sigue diciendo a través del art. 62 de la Ley Federal de los
Trabajadores al Servicio del Estado es que los sindicatos burocráticos tienen
derecho de proponer el 50% de las vacantes. Esto sigue vigente en la ley y
sigue siendo válido para todos los demás sindicatos, excepto el SNTE en materia
docente.
Pero regresemos
al discurso del secretario. La última pregunta-comentario el día 8 de junio en
que se reactivó el calendario de evaluaciones concluyó con una frase irónica.
Dijo una reportera: “Dicen que
usted va a renunciar”. Contestó el secretario Chuayffet con una frase
enigmática: “¿Ah, sí? Dicen que usted se llama soledad”.
La reforma marcha a tropezones sin que las autoridades cumplan con lo
suyo. Mientras tanto, miles y miles de docentes, cientos de miles, pasaremos en
la banda sinfín, como cajitas de cartón con código de barras, bajo las horcas
caudinas del nuevo fetiche, del fetiche de moda: la rutilante luz roja
horizontal de un escáner.
Twitter
@WenceslaoXalapa