domingo, 20 de septiembre de 2015

SEP Y SNTE, AYER Y HOY * Wenceslao Vargas Márquez



SEP Y SNTE, AYER Y HOY
Wenceslao Vargas Márquez * 13 de septiembre de 2015
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El 21 de septiembre de 1974, en la ciudad de México, pronunciaba Carlos Jonguitud Barrios, líder moral del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), un discurso conmemorando el segundo aniversario del movimiento que lo llevó al poder dos años antes: el Movimiento 22 de Septiembre. Recordaba Jonguitud un discurso del presidente Echeverría del 15 de diciembre de 1970, cuatro años atrás.

El 15 de diciembre de 1970 estaba Echeverría por cobrar apenas su primera quincena como presidente de la república pero ya estaba desde entonces, desde la campaña presidencial, hastiado del liderazgo moral de Jesús Robles Martínez, ingeniero del Instituto Politécnico Nacional, Sección 10 del SNTE, y quería un grupo afín, ‘renovado’ a través de los mismos personajes. Remember 1989; remember 2013.

Mi ejemplar de CJB
Transcurrieron las elecciones presidenciales y, en el besamanos ritual de la toma de posesión que duró varios días, le tocó el turno al SNTE besar el anillo laico del poder colocado en la mano del presidente. Recordaba Jonguitud en 1974 el discurso de Echeverría de cuatro años atrás y reflexionaba ante el mismo Echeverría lo que significaba la nueva época para el magisterio nacional:

“En nombre de la representación nacional de los maestros, expreso el particular regocijo que nos produce la honorable presencia del C. Presidente de la República, en este acto, que reafirma las sólidas bases en que descansa la orientación sindical, que anima la vida de nuestra organización. Nada en la historia es un acontecer fortuito, pues los hechos humanos tienen una lógica que explica toda conducta y ésta reconoce fuentes y motivaciones de muy diversa naturaleza, que se plasman positiva o negativamente, en una realidad social, como actos individuales o como acontecimientos colectivos. El 22 de septiembre tiene para nosotros las implicaciones derivadas de un reencuentro democrático en la vida interna (del SNTE)…"

En un acto de sinceridad Jonguitud explicó cómo él y su grupo (Vanguardia Revolucionaria) llegaron al poder: “Siendo un hecho históricamente superado, es de justicia reconocer una de sus fuentes decisivas (…) Tal originaria fuente la constituyó el mensaje esclarecedor y definitorio, que el ciudadano Presidente de la República dirigió a los trabajadores el 15 de diciembre de 1970. En esa ocasión expresó: “¿Cómo vamos a hablar de democracia en México, si cuando se elige una mesa directiva de un sindicato, el proceso no es democrático?

Supongo que Echeverría daba por hecho que la elección del presidente de la república (su propia elección seis meses antes) sí era un proceso democrático. Después de citar el discurso del presidente Jonguitud continuó con las confesiones: 

Fue para nosotros esta interrogante, en aquel entonces, el punto de partida autocrítico, reflexivo y responsable, en torno a la vida sindical del magisterio”. Traduzco: Jonguitud leyó y oyó en el discurso de Echeverría de diciembre de 1970 el banderazo para asaltar el poder del sindicato –entonces y ahora- más numeroso de México. En 1989 con Salinas era también el arranque de un sexenio federal; 2013 con Peña el arranque de otro. Cada tanto, una época sindical crea sus referentes, su mitología, su discurso.
Mi ejemplar - 1974

Jonguitud se hacía preguntas en su discurso ante Echeverría. Mutatis mutandis ¿a qué le suenan al lector las complacientes preguntas? Decía Jonguitud sin Pacto por México ni reformas estructurales: “Nuestro país vive un singular momento de su historia, bajo la conducción patriótica del presidente Echeverría. ¿Qué aspecto de la vida nacional ha quedado ajeno a su iniciativa? ¿Qué jerarquía institucional ha quedado al margen del impulso transformador del actual régimen? Creo que a los pesimistas de profesión y a los opositores del sistema les ha de ser difícil señalar uno”. Este moderno discurso de antaño es el envejecido discurso de hogaño; nótese la impertinente antífrasis.

Cada tanto, una época sindical crea sus referentes, su mitología, su discurso. Gordillo llegó al cargo para sostener el Acuerdo Nacional para la Mothernización de la Educación Básica (ANMEB-1992); la época actual, nacida en febrero de 2013, se sostendrá siempre y cuando se ocupe de lo suyo sin distraerse: sostener contra viento y marea la supuesta reforma educativa –realmente reforma laboral y administrativa, que trabaja sin un modelo educativo a la vista.
  
Para sostener la reforma educativa hubo un secretario de Educación cuyo ciclo concluyó. El nuevo, Nuño, se ha reunido dos veces con el SNTE. La primera en Monterrey, la segunda en las oficinas de Nuño en la SEP. En esta segunda ocasión narró Nuño que visitó por primera vez como secretario una escuela (faltaba más, en el estado de México) y esa escuela tiene conectividad, infraestructura, etc. En los dos discursos se advierte una sola columna vertebral: el saludo, la modernidad, la educación, la reforma educativa, la evaluación docente (que pagará 180% y 220% de estímulo salarial), la evaluación bajo contexto socioeconómico conforme a la ley, los bonos de la bolsa (que generará 50 mil millones de pesos).

El líder nacional del SNTE puso un temario: “Díaz de la Torre también externó el deseo de resolver la agenda pendiente para que la Reforma avance de manera consistente y sólida. Destacó los temas importantes como la institucionalización de un nuevo modelo educativo, la renovación curricular, la modernización y fortalecimiento de las instituciones formadoras de docentes, el despliegue de un potente programa de actualización permanente y desarrollo profesional, así como el apoyo económico a las entidades, entre otros”.

Es el temario del corto plazo. A largo plazo, el camino del SNTE conduce a un sindicato que en 10 o 20 años estará formado mayoritariamente por docentes contratados con la nueva ley pues se habrá vaciado de los contratados bajo el régimen anterior que se enmarcaba en el art. 123 constitucional.

Mientras, la evaluación docente avanza con más correcciones al calendario, que al final del día será un asunto menor si se le compara con lo más malo. Lo más malo seguirá siendo el procedimiento plano de la evaluación: todos bajo el mismo procedimiento, sin importar si los evaluados son universitarios o normalistas o de escuelas de nivel socioeconómico alto o bajo. Es difícil para un universitario docente en la educación media superior teorizar sobre cuestiones pedagógicas y didácticas pero al instituto evaluador no le importa. 

Y al final un tema que no se nota en ninguna de las agendas ya anunciadas por la SEP y el SNTE: la igualación salarial, la rezonificación salarial de los empleados directos de Aurelio Nuño en la SEP: CBTis y Tecnológicos. De esa rezonificación salarial están vacíos los discursos aunque estructuralmente los discursos de hoy sean los mismos que los de ayer. De la misma manera las diferencias salariales de ayer son las diferencias salariales de hoy.
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Twitter @WenceslaoXalapa