domingo, 17 de julio de 2016

Evaluación docente voluntaria


EVALUACIÓN DOCENTE VOLUNTARIA

Wenceslao Vargas Márquez

En algún comentario anterior hicimos una brevísima lista de las grietas políticas que presentaba la reforma educativa y su más sensible arista que es la evaluación docente al personal antiguo. No anotamos en la lista a López Obrador y dijimos las razones:


No anoto a López Obrador como tercera fisura porque le ha faltado la seriedad que conlleva implicar en su discurso una agenda y un cronograma, con más razón si tiene a su favor una bancada federal de legisladores. No lo hace. López no precisa qué persigue y sólo habla de meras generalidades ante auditorios adictos como con el quinto punto anunciado en su marcha del domingo 26 de junio en la ciudad de México donde la principal televisora privada del país le reconoció haber reunido 50 mil personas. Narra hechos y nada propone sino marchar y marchar, nunca dejar de marchar (…) Sólo él sabe por qué declara y declara y marcha y marcha y no presenta iniciativas de ley que modifiquen lo que pueda estar mal. Es su cálculo presidencial; está bien”.


Ahora sabemos ya las razones del silencio legislativo de Morena. Resulta que ante cierto comunicador matutino, adventicio notario, vía radiofónica, López Obrador avisó -para sorpresa de tirios y troyanos- que está de acuerdo con la reforma educativa (jueves 14 de julio) y pide que no se anule porque no le gustaría gobernar al país sobre escombros ahora que gane (y su triunfo en 2018 está cada día más cerca, gracias a las reformas estructurales, la corrupción y la impunidad).


Puede describirse este hecho de otra forma: López Obrador firma el 14 de julio de 2016 el Pacto por México, a posteriori, tres años y medio después, y se pone en la tesitura del PAN, del PRI, del PRD, de Mexicanos Primero, del INEE, de la Iniciativa Privada, incorporado López a esa lógica uniformidad que sostiene a la reforma educativa desde el régimen. Desde ese día ya no existe en lo educativo la disyuntiva Morena o los Otros; desde el día 14 de julio la copulativa (me refiero a lo gramatical) es los Otros y Morena (en ese orden). 

El comportamiento político es raro: Morena se mueve desde la estridencia protestante al discretísimo alineamiento con el oficialismo en el tema educativo vía un radiofónico Amlo; por el contrario, el PRD, que firmó el Pacto por México en las elegantes mesas del oficialismo va ahora hacia la ruptura light con el régimen al reunirse con la CNTE bajo agenda y cronograma para desandar todo lo que pueda de lo andado mientras los astros terminan de alinearse.


Y resulta que un astro mayor, Schmelkes, presidenta del INEE, rechaza una modificación de fondo a la reforma educativa (estilo López Obrador) pero en entrevista (La Jornada, 16 de julio), “anunció que entre las medidas que podrían aplicarse a la próxima etapa de la evaluación del desempeño –contemplada para noviembre– está cambiar su naturaleza para hacerla voluntaria. Reconoció que ante una revisión global de los procesos de evaluación, algunas modificaciones podrán llevarse a cabo de forma inmediata, pero muchas se tendrán que ir programando para años futuros”.


Esto que dice la doctora implica modificar el octavo transitorio de la ley docente. No debe preocuparse la doctora Schmelkes. López Obrador propone (se supone que empujaría a su bancada en ese sentido) el plazo del primer día de septiembre para modificaciones legislativas secundarias (estilo Schmelkes) sobre las que ya trabajan algunos otros partidos políticos. Y aquí cabe sin prisas la propuesta de modificación para hacer de la evaluación docente un acto voluntario, optativo, para el personal que ya estaba en servicio antes de entrar en vigor la ley del servicio profesional docente.


Qué bueno que se sabe que el INEE no le ve objeciones serias. Además, ya hemos dicho que indudablemente habrá personal voluntario por varias razones. Una de ellas (entre otras que ya hemos anotado) es la legítima búsqueda del incremento económico del 35% de aumento salarial. Esto no es obstáculo para que personal que optativamente no se evalúe pueda participar en los cursos de regularización que se han autorizado.


La doctora Schmelkes ha informado también que la única (“única”) forma de evaluar a un docente es observarlo en el aula pero que cuando pretendieron en el INEE echar a andar el procedimiento, “metieron números”, dice, y desistieron. Todo es dinero. Al cuello de botella económico de la falta de dinero para las evaluaciones correctamente manda hay que sumar algo de lo que pocos hablan: los programas de retiro que se autoricen al personal antiguo que deba ser retirado del servicio por no acreditar tres evaluaciones consecutivas. 

Se necesita ese dinero para fines del 2017 pues ya un grupo de docente va a su segunda evaluación en noviembre del año en curso para efecto de permanencia en el empleo y tendrán su tercera evaluación y eventual retiro el año que viene. Al dejar de ser obligatoria la evaluación, al ser voluntaria, será menor la cantidad de personal antiguo (y por tanto de presupuesto federal 2017) que invoque el pago por retiro.


Los días por venir serán intensos: el martes 19 de julio se debe instalar la mesa educativa Segob-CNTE, el miércoles 20 la SEP presentará el nuevo modelo educativo que es por donde debimos empezar, el jueves 21 la mesa social Segob-CNTE, mientras se mantienen las mesas permanentes SEP-SNTE y Legislativo-CNTE. Lo educativo ya no deja espacio para caminar si no es zigzagueando buscando no golpearse las caderas: todo está lleno de mesas. Y en medio del espacio saturado de mesas debemos tomar nota de una declaración presidencial y de dos plazos que convergen:


La declaración es una (inusitada como la de López) del presidente Peña tolerando, autorizando discutir el tema educativo en el legislativo federal. No tenemos registro de una declaración presidencial así en los meses recientes. La dio el presidente el sábado 16 de julio (misma fecha de las declaraciones de Schmelkes) al final de una carrera en la que participó con su Estado Mayor y eso abre otro espacio de discusión y flexibilidad.


Las fechas que convergen son llamativas. Nótese: le dijo la SEP al SNTE que el procedimiento de evaluación docente corregido estará listo en 45 días. Este plazo se vence el último día de agosto. A su vez Amlo recomendó el día 14 de julio que antes del primero de septiembre, es decir del mismo 31 de agosto, se revise la reforma educativa en el legislativo. Los plazos son los mismos. ¿Por qué? ¿es sólo coincidencia?


López Obrador habló el día 14 y dejó sola a la CNTE en su lucha por la eliminación total de la reforma educativa con todas sus implicaciones y consecuencias. Es su cálculo político (que no atinábamos a desentrañar) rumbo al 2018.

Se ha puesto mediador, reflexivo, prudente, pactista, al grado de que, a  veces, he llegado a confundirlo con Gil Zuarth.

@WenceslaoXalapa