domingo, 2 de octubre de 2016

Correcciones a la filantropía del INEE


Correcciones a la filantropía del INEE

Wenceslao Vargas Márquez

La implementación de la reforma educativa y su más sensible arista (la evaluación docente) ha sido caótica; además, ha sido punitiva. Lo ha dicho el SNTE (Comité Nacional, tercera petición del comunicado del 7 de julio) y –metódicamente- la CNTE, grupo interno del SNTE. Lo hemos planteado también en este espacio.


Respecto al caos, anotamos unas pocas perlas (equiparables a las japonesas de Nikito Nipongo): a principios de 2015 se dijo que el Informe de Responsabilidades Profesionales (IRP) firmada por el director era lo más importante, importantísimo, en la evaluación docente ante la ausencia de la observación en el aula, que no se hace porque es cara; en noviembre de 2015 se dijo que el IRP ni es importante ni importantísimo, que mejor se deseche y que si la tiene el docente muy bien, y si no, también. En 2015 y antes se defendía enérgicamente el calendario inflexible de 200 días; en 2016 se defiende enérgicamente el calendario flexible de 185. 

A principios de 2016 se dijo que era imprescindible sumar una hora de trabajo a preescolar; a mediados de agosto la SEP dijo que era imprescindible restar una hora de trabajo a preescolar. En 2015 se dijo que lo perfecto era evaluar al docente en cuatro bellas etapas; el 25 de agosto dijo el INEE que lo perfecto es evaluar al docente en tres bellas etapas. Siempre se ha dicho (lo dice la ley) que la evaluación docente es obligatoria

El 25 de agosto dijo el INEE que la evaluación es voluntaria (para 2016). Se había dicho que la Prueba Enlace se mantuviera a lo largo del tiempo, la cortaron y crearon Planea. Se había dicho que era imprescindible que Planea se aplicara cada año, ahora es imprescindible que se aplique cada dos. Y hay muchas más pero el espacio es breve - y corremos el riesgo que desde ultratumba Nikito Nipongo reclame derechos de autor y quiera cobrar regalías.


Respecto de los “errores y pifias”, nada menos que Gilberto Guevara Niebla (consejero del INEE, 17 de julio, CDMX, bit.ly/2bp9Eq3) aceptó, “humorístico”, que todo lo han hecho mal y responsabiliza de todo el desastre a la SEP y al SNTE que “no hicieron las cosas bien”, y al Ceneval  y a Ramiro Álvarez Retana (de la SEP, “administrador que es muy bueno para ver números, mover plazas, pero nada más”). Todos culpables menos él.


Como las cosas no marchan bien en la evaluación el INEE, filantrópico, reconoció el 25 de agosto en conferencia de prensa a través de su consejera presidenta que los errores serían paliados mediante el procedimiento de declarar voluntaria la evaluación docente por única vez en 2016 pero, ¡sorpresa!, manteniéndola obligatoria a los docentes con nota Insuficiente en el proceso 2015. 

Nos preguntamos que si la evaluación está mal diseñada y es un error y una pifia ¿por qué se exceptúa a los docentes del 2016 pero se mantiene para los docentes Insuficientes del 2015? Es inexplicable. Un análisis de esta deplorable atrocidad filantrópica fue publicado en este espacio a principios de septiembre (cfr. La atroz filantropía del INEE).

Para corregir el caso el CEN del SNTE planteó (me atengo a la redacción del documento), no muy claramente, a la Comisión Nacional del Servicio Profesional Docente de la SEP, la magnitud del problema mediante oficio firmado el 28 de septiembre del año en curso por el Colegiado Nacional de Asuntos Laborales y Negociación. 

Pide el SNTE a la SEP en el párrafo tercero del documentos citado “que los docentes que no obtuvieron resultado idóneo en la pasada evaluación, se les permita participar sin ese calificativo en virtud de que los instrumentos de participación requerían optimizarse, así como perfeccionar los procesos de la Evaluación Docente”. Decimos que el planteamiento no es muy claro porque habla de Idóneos, calificativo reservado al nuevo ingreso, cuando suponemos que debería hablar de Insuficientes, adjetivo reservado al personal en servicio.

A pesar de ello un diario nacional en nota del 2 de octubre, CdMx, interpreta el oficio y el párrafo, igual que nosotros desde aquí. En la nota que se titula SNTE pide otra oportunidad para maestros ‘reprobados’, con la firma de la reportera Teresa Moreno, el diario interpreta que el SNTE pide mediante oficio del 28 de septiembre que a los docentes “se les permita volver a presentar el examen, pero sin considerar sus resultados insuficientes”. Habla de 20,769 profesores en esa situación. Coincidimos en la interpretación.


El fundamento de la petición del CEN del SNTE descansa en el cúmulo de errores que el INEE reconoció en conferencia de prensa el reciente 25 de agosto. Esa conferencia de prensa debió concluir con la presentación de algunas renuncias  pero, en fin, sabemos que de los altos administradores de la nación no se esperan esos gestos.   


En realidad la planteada por el SNTE es apenas una posible opción para corregir los errores en la evaluación docente: la participación “sin el adjetivo”, equivalente a que no valga la evaluación 2015, petición justa. Hay más opciones que ensayamos desde aquí. Otra opción, también parcial, es que si se declaró voluntaria la evaluación para docentes 2016 se declare voluntaria para los Insuficientes 2015; es el cambio de otro adjetivo. 

Otra opción es que se mantenga obligatoria para docentes 2015 pero que no sea numeraria, es decir que no se tome en cuenta como número 2 (segunda oportunidad). Los caminos son múltiples y desde el SNTE -y desde aquí- hay la voluntad de, sin cobrar honorarios ni turnar factura, asesorar a los especialistas a que salgan del atolladero en que se metieron y a orillarles a comprender que si por “pifia” (Guevara Niebla dixit) suspendieron la evaluación a docentes 2016 deben suspenderla para docentes 2015… exactamente por los mismos motivos.


Hay también la solución de fondo de modificar el segundo párrafo del octavo transitorio de la ley docente, pero eso pasa por el poder legislativo y ningún partido político ha dado un solo paso serio en tal sentido: ni el PRI, PAN y PRD (que firmaron el Pacto por México y la reforma educativa en 2012), ni  Morena y López Obrador (que firmaron el Pacto por México y la reforma educativa a posteriori, el 14 de julio de 2016, ante las cámaras y micrófonos de Telefórmula mientras tomaba nota un estupefacto -pero feliz- Ciro Gómez Leyva). A fines de junio del año en curso, desde estas líneas, proponíamos una redacción de modificación legal posible (Cfr. Ley docente: trece palabras).


Repasemos ahora la situación de la reforma educativa y de la evaluación docente en el país. La CNTE en Chiapas dice que está cancelada desde siempre y hasta el año 2018 gracias a una concesión verbal que se cumplirá en los hechos y que fue dada a ese estado por el gobierno federal vía el subsecretario de Gobernación, Luis Miranda Nava, ahora titular de la Sedesol.


La afirmación de la CNTE ¿es cierta o falsa? Necesitaríamos ir tres meses a Chiapas para constatar pero como no se puede nos atenemos a interpretaciones de analistas que siguen de cerca el fenómeno educativo y que dan por hecho que la respuesta es positiva, que efectivamente la reforma está cancelada expresamente y de facto en Chiapas. 

Uno titula su trabajo Miranda le ‘parte la madre’ a la reforma educativa, tiene fecha del 24 de septiembre último y da detalles del cómo se dio la cancelación. Otro titula al suyo CNTE-Chiapas: solución quimérica. Ambos deploran la decisión. Este último pondera si el gobierno federal cumplirá sabiendo que los gobiernos ordinariamente no cumplen sus compromisos. Aquí sí, dice Ornelas, el gobierno federal cumplirá con la cancelación de la reforma educativa en Chiapas hasta el 2018. ¿Por qué? Nos responde:

Porque el gobierno teme que la CNTE vuelva al escenario vomitando fuego.

@WenceslaoXalapa