domingo, 22 de diciembre de 2013

SNTE: besarnos con violencia



SNTE: BESARNOS CON VIOLENCIA
Wenceslao Vargas Márquez
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Debe indudablemente sonar violento afirmar que 70 años de vida del SNTE no han conducido ni un ápice (repito: ni un ápice) a la mejora cualitativa de las variables con las que se mide el vigor democrático de una organización. El saldo es deficitario desde el 24 de diciembre de 1943.



La era de EE Gordillo significó en el papel la creación del voto secreto y de la representación proporcional, instrumentos que se van a la basura como principios desde el momento en que se procesa sólo la planilla única con candidato único y sin contrincantes. Sucede igual en lo nacional y en mi sección sindical que es la 32 de Veracruz a la que le urge modificar sus modalidades internas de convivencia. Las dos joyas de la corona –voto secreto y representación proporcional- son sombra de algo que no tiene sentido ante la unanimidad soviética con que se procesan violentamente nuestras votaciones.



La rendición de cuentas -sobre todo las financieras- son letra muerta. Son 70 años de ejercer violencia sobre los sucesivos estatutos internos, todos ordenando informar, todos los dirigentes evadiendo esa obligación. 70 años de que el docente no puede saber en qué se gasta el uno por ciento de sus ingresos que van en automático a la tesorería sindical sin gastos administrativos por cobranza porque eso lo hacen los gobiernos de los estados ‘gratuitamente’. 70 años llevamos sin saber de ese dinero. Hubo reiteradas promesas de que en distintos momentos del 2013 por fin lo sabríamos pero todos los plazos se vencieron. La última burlona oferta fue que en los festejos del aniversario 70 tendríamos en la red nuestros estados financieros. Todo fue broma pesada y violenta. El plebiscito, el referéndum, la revocación del mandato, existentes en el estatuto son letra muerta, letra muerta violentamente al nacer.


Vivimos en 2013 -y ya pronto en 2014- igual que bajo los liderazgos morales de Jesús Robles, Jonguitud o Gordillo. Nada ha cambiado –excepto la violenta prisión de la maestra Gordillo por rechazar en público que se cuestionara la permanencia en el empleo de los docentes. Ella al menos fue electa “formalmente” en un Congreso nacional. La dirigencia nacional actual descansa su legitimidad en dos sucesivos Consejos (Congreso y Consejo no son lo mismo, no tienen la misma estatura sindical ni política). Sin contrapeso a la vista, los periodos nacionales de mando saltaron violentamente, con Rafael Ochoa, de trienios a cuatrienios, y el actual que es el primer sexenio en marcha, el de Juan Díaz, iniciado por Gordillo en octubre de 2012 a terminar en 2018. Increíble.


Desde el segundo plan sexenal, desde sus discursos como candidato y luego como presidente, Manuel Ávila Camacho ideó crear el SNTE en 1943, hace 70 violentos años, con la idea de que el Estado mexicano fuese el proveedor de estabilidad en el empleo para los maestros. De su mismo partido, el gobierno federal de hoy, 70 años después, quita violentamente esa tutela septuagenaria al magisterio con la complicidad de las dirigencias sindicales (nacional y seccionales del SNTE) que se convierten en las violentas operadoras que han procurado –y logrado- desactivar las protestas contra la violenta e inicua Ley General del Servicio Profesional Docente (2013).

Las dirigencias magisteriales del SNTE salieron validadas por el gobierno hace 70 años; 70 años después los gobiernos sostienen violentamente (la violencia es monopolio legítimo del Estado:Weber) a las dirigencias sindicales para sostener a su vez –según- el andamiaje de la gobernabilidad. El medio es el mensaje, escribió Marshall McLuhan. Cuando vemos quién dirige la legislatura de Veracruz ya sabemos con quién se mantendrá la interlocución del gobierno estatal en los temas magisteriales. Understanding Media, escribió McLuhan.

Cuando vemos la fotografía de la noche del 2 de abril de 2013 (37 días presa EE Gordillo) donde el dirigente nacional del SNTE aparece a un lado del presidente de la república, ya sabemos quién manda, ya sabemos que fue validado, ya sabemos (desde Carranza y la Casa del Obrero Mundial, desde Obregón y Morones, desde Cárdenas y Lombardo, desde Miguel Alemán y Jesús Robles Martínez, desde Echeverría y Jonguitud, desde Salinas y Gordillo) que esa fotografía es la validación extralegal, es la validación ajena a tribunales. 

Sabemos que desde la publicación de la fotografía de Peña más Díaz la dirigencia sindical compartirá con el Estado el monopolio weberiano de la violencia a través de la presión y la represión, a través de la indiferencia ante descuentos salariales y ceses, a través de la complicidad con gobiernos que nos golpean en lo que más nos duele: la permanencia en el empleo. 

El SNTE es (mutatis mutandis) el violento Ogro Filantrópico que señalaba Octavio Paz en 1978, pero aquí en la modesta escala del magisterio nacional. Nuestro ogro filantrópico es nuestra paradoja (contradictio in adiecto que nos agravia por 70 años sin democracia, contradictio in terminis que nos oprime por abandonar la agenda laboral y sindical).


El ogro filantrópico magisterial es el deficitario SNTE de 70 años que no pone en la red las finanzas sino el Jarabe Tapatío y la Sandunga. Es el ogro septuagenario que nos quiere, que nos cuida. Nos cuidaba, ya no nos cuida, ya no dependo del SNTE para permanecer o salir de mi empleo. Ya no nos protege, pero las dirigencias pretenden seguir más años besando al magisterio con violencia.
@WenceslaoXalapa