PISA Y LOS CUPABLES
Wenceslao Vargas Márquez
Cuando los interesados en el tema de la educación pública
mexicana nos hallamos en asépticos entornos académicos, pedimos la palabra,
engolamos la voz, y con voz meliflua
dictaminamos que la educación es un tema multifactorial, y que sus aciertos y
errores dependen de una larga cantidad de variables y de los más disímbolos
agentes.
Pero cuando hay resultados adversos que se han hecho
públicos la asepsia académica se echa de lado, no pocos agentes toman el cuchillo
con los dientes y asaltan el barco de las discusiones señalando (depende de
quién señale) que hay un único responsable: la SEP dice que el antiguo SNTE, el
nuevo SNTE dice que las autoridades, asociaciones civiles dicen que Elba Esther
Gordillo, cercanos a Gordillo que Calderón, Calderón dice que Fox, la izquierda
(¿hay?) dice que la OCDE, la OCDE insiste en que los docentes, los
bachilleratos que la secundaria, la secundaria que las primarias y primarias
que preescolar, los de preescolar (mala onda) acusan a los de maternal y a los recién nacidos de 50 días, desdentados, y que no se pueden defender, preoupados por el pañal nauseabundo; el desorden en el diseño y la implementación de las pruebas Enlace-Planea apuntan con dedo flamígero al INEE. Se
pasan (nos pasamos) los días buscando un único responsable cuando habíamos quedado en el
cubículo que los responsables de éxitos y fracasos educativos debe ser multivariable. Así,
hasta que el escándalo de corrupción de otro gobernador o los XV de Rubí echen el tema al olvido
al menos hasta la aparición de un nuevo resultado PISA.
El Programa para la Evaluación Internacional de
Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés), revisa cada 3 años a alumnos de
15 años de edad y en esta ocasión ser evaluó a 72 países (35 de la OCDE). En
Matemáticas, contribuyen al mal desempeño las políticas públicas que induce a
aprobar alumnos en la educación primaria hayan acreditado o no conocimientos y
habilidades; contribuye que al plan de estudios de los bachilleratos federales
se les haya quitado una hora de clases semanales a cuatro de seis disciplinas
matemáticas desde el 2008 y no hay poder humano que haga ver a la autoridad lo
dañino que es esta reducción cuando se sabe que llegan a las prepas alumnos que
no saben ni las tablas de multiplicar.
Los bachilleratos federales de la SEP tienen la
indicación de que para el nuevo año 2017 no se le podrá poner a un alumno una
calificación más baja que un cinco en cada uno de los tres exámenes parciales
de todas sus materias; el alumno necesita obtener 18 puntos en un curso para
que con un promedio de seis pueda acreditar. Pues bien, con estar sentado y
respirar ya obtuvo 15 puntos durante el semestre. Con demostrar que tiene tensión
arterial estable (120-80) podría lograr los tres puntos que le faltan y
acreditará una materia de la que nada sabe. Luego vendrá la prueba PISA 2018 y
estallará de nuevo el escándalo cuando hay causales de reprobación que pueden
abordarse de inmediato y no se hace. Aquí hemos anotado dos. Urge frenar la
disposición de poner un mínimo de 5 a quien nada sabe y nada ha hecho en su
curso; urge cancelarla donde ya está implantada.
¿De qué sirve poner el piso reprobatorio en cinco a partir del año 2017?
Servirá para que las autoridades educativas digan que gracias a la reforma
educativa el promedio de aprovechamiento incrementó notablemente en los
bachilleratos (ficción obvia cuando se desechan el cero, el uno, el dos, el tres, el cuatro,
en el cálculo de la media aritmética). Este ascenso al quitar las cifras más bajas permitirá
un engaño interno, en casa, pero no servirá para mejorar en la preocupación de
varios que es la prueba PISA, nuestra diosa transnacional.
Nuestra diosa transnacional PISA es una actividad privada
encomendada a la editorial transnacional Pearson quien desde septiembre del año
2011 festejó que era la titular para el negocio de la aplicación multinacional
de la prueba en el año 2015 (bit.ly/2gZhFYj). Ya anunció que le tocará
igualmente hacer el negocio en el año 2018 (bit.ly/2hW9Nse). Esos resultados se
conocerán en 2019 con la primera generación de alumnos mexicanos que serán
hijos plenos de la reforma educativa 2013.
Los de Pearson (vía PISA) son privados que arman
escalafones internacionales, como el Ceneval en lo doméstico que es una
asociación civil mexicana dedicada a la educación superior pero que se ha
metido a la educación básica en las evaluaciones del INEE para calificar la permanencia
de docentes en su empleo. Cuando se habla de la privatización de la educación
hablamos de esto: que privados internacionales y locales se metan y subordinen
al Estado a calificar la educación como las calificadoras (Moody's, Standard &
Poor's, Fitch) miden los riesgos crediticios. Es lo mismo. La retracción de los
Estados en aras del mercado. Se infartaría Vasconcelos.
Al momento de redactar
estos párrafos ya el escándalo por los resultados PISA 2015 ya amainó y casi
desapareció. Así es esto. Lo que viene en la agenda educativa es observar la
buena o mala marcha de Enrique Pérez al frente de la Secretaría de Educación de
Veracruz bajo el gobierno PAN-PRD. Lo que viene son los resultados 2016 del
INEE para la permanencia o no de docentes en su salón de clases (etapa anual
que fue optativa). Lo que viene es el restablecimiento de las pruebas INEE 2017
obligatorias donde ya habrá personal docente no idóneo que habrá resultado
‘insuficiente’ por tercera ocasión, a principios del 2018, y pedirá el retiro
económico del que habla la ley docente. Nos encontraremos con que se hallan en
marcha las campañas presidenciales y que no hay dinero para pagar lo que la
misma ley ofrece.
Por lo demás, si se
trata de buscar culpables por los (malos) resultados de la prueba PISA 2015, a
donde menos deben mirar las autoridades es a los docentes mexicanos. La razón (eluni.mx/1TDgXhs)
es que el 84.7% de los docentes mexicanos son idóneos y suficientes, buenos o
excelentes, según criterios y resultados del propio INEE en el año 2016
publicados con bombo y platillo por la SEP en febrero 29.
Así, hay que buscar
responsables por otro lado.
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@WenceslaoXalapa