lunes, 12 de junio de 2017

Federico Gamboa y el ocultismo

Federico Gamboa y el ocultismo
Wenceslao Vargas Márquez

A quienes nos gusta el cine nos debe gustar la historia del cine. La historia del cine sonoro en México pasa por una piedra miliar que es la sonorización de la película Santa

La película Santa, de 1931, está basada en la novela homónima del diplomático porfirista Federico Gamboa y la actuó la oaxaqueña Lupita Tovar, muerta en noviembre de 2016, más que centenaria, a los 106 años de edad. Un cable de Notimex de los primeros días de junio de 2017 avisa que la casa de Lupita Tovar está a la venta en la suma de once millones de dólares. 

Santa, edición de 1927. Foto elem.mx
Pero esta referencia cinematográfica sirve sólo como la manera fácil para ubicar al lector en la personalidad del escritor Federico Gamboa. Gamboa escribió varias novelas, la más famosa y exitosa fue SantaFue diplomático, embajador, cónsul, subsecretario de Relaciones, encargado del despacho con Porfirio Díaz y titular con el masón Victoriano Huerta. Gamboa era católico practicante. Fue candidato presidencial, abanderado del Partido Católico en 1913.

Lo que deseamos rescatar hoy es la inclinación de Federico Gamboa por el ocultismo. Nos parece interesante rescatar, con evidencias documentales históricas, la participación de nuestros gobernantes en estas actividades y, algo más difícil, investigar de qué forma su inclinación por la masonería, el ocultismo o el espiritismo influyó en su actividad pública. 

Por ejemplo, a nosotros nos parece incontestable el que el masón Francisco I. Madero se lanzó a la revolución por un mandato espiritista y por ninguna otra consideración. El tema lo hemos tocado en otras oportunidades.
Película Santa, 1931.
Estamos en México en 1903. Gamboa trabajaba en la embajada de México en Estados Unidos. El 18 de agosto El Correo Español anunciaba una conferencia de un tal llamado conde de Sarak en la Sociedad de Geografía y estadística. 

Sarak se presentaba como fundador de la Academia de Ciencia Orientales de Washington e instaló sus oficinas en Paseo de la Reforma No. 21, en la ciudad de México. El Diario del Hogar, de Filomeno Mata, abundaba que el presidente Porfirio Díaz estaría presente. 

El 19 de agosto The Mexican Herald, publicado en inglés en la capital narraba la sesión en la que efectivamente estuvo el presidente Díaz participando activamente en la sesión. ¿Creía el presidente firmemente en Sarak?

El 20 de agosto narró la ceremonia El Correo español. Sarak escribió en un lienzo unas palabras que el presidente Porfirio Díaz había escrito en otro y en ausencia de Sarak. El mensaje recuperado decía: “Nuestro saber no es más que recordar”.   

El 23 de agosto el diario El Popular avisaba que para la primera quincena de septiembre habría otra conferencia. Dice el diario que la conferencia estará presidida, como la anterior, por el presidente Porfirio Díaz en un salón más grande que el de la Sociedad de Geografía y Estadística. 

El 28 de noviembre el diario La Patria denunciaba a Sarak como un impostor que no era el Inspector Tibetano que decía. El 24 de agosto El Correo español apuntaba el gran interés por Sarak y decía que había ya un público dispuesto a tomar sus cursos y a fundar un círculo de estudios síquicos.

La Patria, 17-XII-1903, tachando a Sarak de timador.
La Patria, dirigido por Irineo Paz (abuelo de nuestro Nobel Octavio), decía el 17 de diciembre que Alberto de Sarak era un timador y expresidiario italiano y que felizmente ya se había ido a los Estados Unidos. Un grupo que tundió ferozmente a Sarak desde La Patria fue uno de la competencia. El grupo era el dosamantista encabezado por el ocultista Jesús Ceballos Dosamantes quien publicó en 1904 su libro doctrinario.   

Sarak tuvo que huir de México y Federico Gamboa no se enteró, o no quiso enterarse, porque en Estados Unidos decidió consultarle algunas cosas. En la entrada de su Diario de fecha 19 de octubre de 1903, Gamboa consigna que tuvo de visita en su casa, en los Estados Unidos, a Alberto de Sarak, conde de Das, con quien trabó relaciones superficiales a su llegada a Washington. 

El 24 de noviembre registra Gamboa la visita de Sarak, quien no le dice que lo corrieron de México y anda huyendo. Narra cómo Sarak le previene que entrará en un trance de una media hora, trance que incluirá convulsiones. Le pide Sarak a Gamboa que le plantee tres preguntas sobre su futuro y cuyas respuestas quiera saber.

Las preguntas que Gamboa planteó son: ¿Triunfará Santa?, recuérdese que en ese año se publicó. 

La segunda pregunta es: ¿La traducirán al inglés y los productos serán tales que le permitan vivir independiente? 

La tercera, ¿en general, qué me reserva mi suerte? Sarak le informa, en resumen, que Santa triunfará y que lo hará también en la versión inglesa. 

Le dice que le irá muy bien en la diplomacia en Washington y fuera de Washington y que se cuide de un empleado de la embajada donde labora.

Le dijo también que ahora se hallaba Gamboa un poco adelante de la mitad de los años de su vida. Sacamos cuentas y Gamboa había nacido en 1864 y estaban en 1903, sumaba 39 años de edad cuando la entrevista. Murió en 1939 a los 73, de manera que, efectivamente, en 1903 se encontraba “un poco adelante de la mitad de los años de su vida”. Tiempo después Gamboa fue destinado a España y otros países de Europa

En 16 de febrero de 1911 Gamboa narra en su Diario que, en Francia, junto con el poeta Rubén Darío, se dedicó a buscar al ocultista Papus (Gerard Encausse) para saber de su futuro. 

Papus le dice a Gamboa que se halla a la mitad de su existencia; falla porque Gamboa debió alcanzar los 92 años y no fue así. Rubén Darío le informa a Gamboa que ha consultado a Papus él mismo y Joaquín D. Casasús, economista y escritor tabasqueño, 1858-1916. (El poeta Rubén Darío ingresó a la masonería en enero de 1908 en Mangua).

En nota al pie Gamboa menciona que Papus fue convocado a Rusia por el zar y la zarina para que tratara al zarevitch. En el caso del zarevitch hará historia Rasputín.

Dueños de una educación esmerada, de una buena posición social y económica, no nos queda claro qué buscaban exactamente los funcionarios y escritores como el que revisamos hoy, en el ocultismo y el espiritismo

En 1911, mientra Francisco I. Madero publicaba su libro espiritista, la revolución sorprendió a Gamboa en Bélgica. En junio Federico Gamboa fue de los primeros en recibir al masón Porfirio Díaz en su destierro en Francia.

Fue notorio que con toda la sabiduría ocultista del mundo para adivinar el futuro, la revolución no pudo ser prevista ni por Casasús, ni por Gamboa ni por Díaz ni por el misterioso conde de Sarak. Eran muy magos y muy brujos y muy ocultistas pero nunca vieron venir la catástrofe. Se enteraron de la guerra civil maderista cuando les cayeron sobre sus impecables ropas las primeras incandescentes y dolorosas esquirlas.

Twitter @WenceslaoXalapa
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